Kentaro ofrece caminar a Soichiro por Kyoko, pero termina perdiéndolo. Kyoko hace todo lo posible por tranquilizar a Kentaro para que Soichiro encuentre su camino a casa, pero en realidad está aterrorizada de no volver a verlo nunca más. Ella recuerda el día en que ella y su esposo trajeron a Soichiro a casa por primera vez, y cómo él no respondería a ningún otro nombre. Todos los inquilinos hacen todo lo posible para encontrar al perro perdido y, después de muchas falsas esperanzas, comienzan a rendirse. Finalmente, Godai lo encuentra en la casa de una familia a pocas cuadras de distancia y lo devuelve a un Kyoko agradecido y sorprendido.